crisalidaonline

Hoy quiero
estar
abrazadita.

No hacer el amor.

Durmiendo,
sí,
pegada
a las formas
de tu cuerpo.

Tu mano
en el hueco
que da vida,
tapándome,
cubriéndome,
como diciendo
“nadie más
que yo
va a entrar
aquí”.

Y yo,
tranquila,
porque estás
marcándole
a los males
que vos
serás
por siempre
mi defensa
y mi conmigo.

Si no querés
no lo gritás.
Podés decirlo
despacito
mientras
chupás
mi oreja.

Quiero
saber
de verdad
si soy
tan puta.

Si complazco
si te gusta
el tiempo
compartido.

Soy la geisha
que nació
para servirte.

La blancura
de mi cara
es esta timidez
que me sacás
con la lengua
con las manos
con los dientes.

Lo único
que oculto
entre las tripas
es este amor
que nunca
tiene horario.

Ganas locas
de hacerte
el amor
mientras
tomás un café
y yo pongo
inconsciente
la punta
de la medialuna
en la boca
como
anticipo
de lo que luego
llega.

En la panza
se esconden
mariposas
que aletean
ardientes
cuando
te siento cerca.

Es decir:
siempre.

Para calcular
mi principio activo
titulame.

Para saber
lo que soy
capaz de dar.

Para conocer
cuánta habilidad
poseo
en mi sustancia.

Para hacerte
efecto
y ser el reverso
de tus males.

Con tu bureta
grande
enrasada
de reactivo,
hasta que juntos,
por mezclarnos,
provoquemos
de colores
el viraje,
gota a gota,
microlitro
a microlitro,

valorame.

Te acordás
cuando
nos despertamos
con el ruido
aquel?
Esa pareja
matándose
en la cama
que golpeaba
(toc toc)
el techo
de nuestro
cuarto?
Y nos reímos.
Y dijimos
“Eso sí que es
sexo del mejor”.

Recién lo supe.

Era el eco
atrasado
de lo que habíamos
hecho
un rato antes.
Hay distancias
que recorre
la pasión
no mensurables
Hay recorridos
del amor
que no se explican
con la magia
ni la física
ni el arte.

En el tatami
estamos
vos y yo
tratando
de encontrar
el camino
de la suavidad.

Nos torcemos,
extendemos,
nos doblamos.
¿Quién logrará
controlar a quién?

Puesta de espaldas
judoka
que combate
sobre el piso
estoy siendo vencida.

Golpeo
tres veces
con mi mano
la colchoneta
pero
por mis gritos
ya sabés
que es un ippon.

( Es una lucha
compartida:
tu triunfo
también
es el mío).

Pienso en tu cuerpo.
Humedades que nacen.
Todo mi mundo.

Vibro a tu lado
una gran melodía.
Sos mi badajo.

Mientras amamos
se estremecen las almas.
Sobrevivimos.

A la noche,
solito
con tu alma,
revelás:
a esta mina
se le salió un tornillo
le falta la chaveta
no tiene jugadores.

Mejor.
Quiero que pensés:
es reventada,
la más loca,
atrevida,
la más puta.

Y te vayás
durmiendo
despacito,
satisfecho,
aunque nadie
conozca
ese secreto.

Sólo vos
sos capaz
de crear
tremenda criatura.

Una noche
con vos
no es igual
a todas
las noches.

Aunque parezca
que sólo importa
el sexo
y sus versiones
me excita
contemplarte
hablando,
contando
historias
y verte poner
la salsa picante
en la rodaja.

Después
el halo de crema
que te dejó
el café
sobre los labios
me dieron ganas
de lamerlos.

No, una noche
no alcanza
para sobrevivir
tantos meses.
Ya ves,
soy insaciable.

Me gusta tu risa,
tu cuerpo,
la materia invisible
de la que estás hecho
y que me erices
la piel
en los orgasmos.

verbos en acción

Si digo ahhhh
estoy revelando
que está bueno.

Si digo que está bueno
estoy pidiéndote
que me muerdas.

Si digo que me muerdas
te ruego
que me chupes.

Si digo que me chupes
te exijo
que me la metas.

Si digo que la metas
te grito
que quiero más.

Si digo que quiero más
estoy exclamando
que me gusta.

Si digo que me gusta
estoy confesándote
que te amo.

Si digo que te amo
estoy jurándote
para siempre.

No fue
pase de magia
de un prestidigitador
de hotel
de verano.

Tampoco obra
de David Copperfield
porque él
es un ilusionista
y lo que yo
presencié
no fue
una ilusión.

No pudieron ser
los ejercicios
de Houdini
porque
no era la premisa
escaparse
(más bien
todo
lo contrario).

No sé
qué nombre
tendrá ese truco
pero te aseguro
que apenas giré
sobre la cama
cuando
tu miembro
ya erecto
había crecido
más del doble
y yo me pregunté
cómo habría
de maniobrar
semejante
instrumento
y cuánto placer
habrías
de darme.

Pienso que,
conmigo,
vos sos
como el bombero
de Farenheit 451.

No querés
apagar
el fuego.
Lo encendés.

Una vez más
tu voz
en el teléfono
descarga
desde el vientre
humedades
insensatas.

¿Cómo hacer
para que
aún
estando lejos
naufragues
en el torrente?

En la guerra
que combatimos
cuerpo a cuerpo
usamos
armas básicas:
dientes,
uñas,
lenguas,
dedos,
nalgas,
manos,
piernas,
brazos,
pechos.

Infantería
somos:
sexo
contra
sexo.

Y por
las dudas
que se acaben
las balas
para seguir
luchando
hay que ser
precavidos:
tenemos
previstas
armas
de juguete.

Para ganar
el combate
sobra
la voz de mando.

El más creativo
vence.

De cómo la india Crisálida entona cantos lastimeros para provocar la atención de la sequoia y estimular su lluvia .



1

¡Oh padre
de todos
los árboles!
¡Sequoia
inmensa!

Bailo
a tu lado
y entono
himnos
para
tu lluvia.

Se abre
la flor
destapa
su corola
anhelante.

Se oye
en secreto
el tambor
llamando
a la guerra.

Tam tam tam
tam tam tam
tam tam tam.

2

¡Oh hermano
sol
y hermana
luna!
En diálogo
con el tronco
imponente
díganle
que la india
lo espera
con una pluma
como única
ropa.

¡Oh nube
aliada!
Dame
de regalo
su tormenta.

3

¡Qué
pesar en
mis alas
de mariposa!

¿Hasta
cuándo
amanecer
doncella
seca?

¡Oh sequoia!
Antes de que
llegue el
año nuevo
has de llover
tu savia
hirviente
en mi
garganta
profunda.


4

Subir
hasta tu
copa
y ver
el mundo
con
ojos
húmedos
y nuevos.

Desde esa
formidable
altura
todo
se hace
diminuto.

Sólo
intensos:
el cielo
y vos.


5

Néctar
de tu adentro
edulcorado
y salvaje.

No
me alcanzan
las manos
para
untarme
completa.

6

Que llueva
que llueva
tu esperma
en mi colchón.

(La vieja
está
en la cueva
y los pajaritos
cantan).

Despierta,
con las piernas
abiertas,
me mojo
con la boca
en suspenso
de palabras sucias
y orejas
listas
para saliva
y besos.
Me tocás
y grito.
Me mordés
y gozo.

Dormida
con las piernas
abiertas
me mojo.
Flujos de sueños,
orgasmos
compartidos,
deseos
de amanecer
despierta.

En el medio
de la fiesta
de la que vengo
tuve
una revelación:
ningún hombre
extraño
me interesa.

Sólo
la luz
de tus ojos,
la belleza de
tu verbo,
y el calor
de tu voz
me llevan
a la beatitud.

Soy una
apóstol.

Sigo
la religión
que fundaron,
en mi cuerpo,
tus manos.

Have you ever
felt
my heart
beating?Duele
la víscera
esta noche
abofetea.

Aonde
está você?
Alea iacta est
diche
l’orologio
dell'alba.
Amor
est
passio.

Je suis triste.
Je ne sais pas
quoi faire.
Chama - me.
Chama – me.
Ainda
tenho
esperança
de te voir
homem
olhos claros
joyeaux,
amoureux.

C ´est
toujours
así.
Dal cielo
porto le stelle.
Tears over
the poem.

If you call me
il cuore
s ´illumina.

Lo que me queda
de vos
es algo más
que el semen
pegado
entre las piernas.

Es gozo
del estío
intercambio
de flujos
por las fuentes
colmadas.

Sigo aquí
en silencio
como siempre:
me guardo
los gritos
para cuando
ronden tus dientes
por mis pechos
y sea
toda humedad
que te penetre.

Lo que me queda
de vos
es amor
aunque ninguno
de los dos
se atreva
a plantar
esa frágil
semilla
en la boca.

Tocando
tu cuerpo,
explorándolo,
advierto
todo
lo que me falta
aprender.

Por momentos
conozco
el camino,
por momentos
me pierdo.

Tu agitación es
la brújula
que marca
el recorrido
exacto.

Voy
sin cantimplora,
inflamada
y sedienta.
Y te descubro.

Nadie puede
imaginar
lo que averiguo.

La mañana
albergue
de tu cuerpo
amarrado
con el mío.

Esa otra
que soy
camuflada
entre ropajes
serios,
vacilantes,
sale a andar
como el genio
cuando frotás
la lámpara.

Pedime
tres deseos
( que al menos
uno
sea
compartido)

Lo que quieras
tener
se te dará.

Sé bien tu identidad.
Tengo
tus huellas digitales
marcadas
en mi cuerpo.
Pero si no supiera
quién sos
igual mi corazón
te amaría
como adora
el árbol
sus raíces
aunque las tape
la tierra
conciente
de que ellas
lo mantienen
erguido.

No se necesita ver
sino sentir.

Es algo
que la autoridad
jamás comprenderá
deseosa
de papeles
sellados
sin razones.

No hace falta
que los demás
conozcan tu señal.
Basta que yo
la descifre
como sucede siempre
en el momento justo.

No sé si somos novios,
pareja, amantes o
simplemente amigos.
No me detengo
a especular
con todo eso.

Sobre tu viaje
yo me aferro
a andar
sin clasificaciones
que no sirven
para nada.
(Estoy tranquila.
No somos la especie
que buscan
los zoólogos)

Hay cosas
más sinceras:
dos rostros
que se encuentran
dos cuerpos
que se incluyen
y el sexo uniendo
el tiempo
y los sinuosos
pasos
de la vida.

Doy gracias
al destino:
estoy en condiciones
de amar
sin precisiones
ni mandatos
libre
de entregarme
a un hombre
como un sueño.

Afuera el sol.
Adentro
mi sexo es
humedad.

En el final
la lluvia
sale
desde vos.

Y yo sigo
mojándome
extasiada.

Aún no es mediodía.
Llego a casa
sabiendo
que mi jornada
terminó
con el saludo
de tu beso.

Nada puede hacerse
después
de estar con vos
entre sábanas
que ahora
quedaron
mojadas
del aroma
de dos cuerpos.

La vida es un idioma
indescifrable
y sin embargo
a veces me regala
traducciones breves
sueños
de fronteras húmedas
paisajes
del encuentro.

Sos mi compañero.
Tuyo es
mi para siempre.

Vos cosaco
jineteando
yegua desbocada.

Yo domadora
de un tigre
bien salvaje.

Vos haciendo
malabares
con mis pechos.

Yo tragasable
en plena risa.

Vos oscilando
fuerte
en el columpio.

Yo escapista
a las redes
de tus manos.

Vos haciendo
magia
con las cartas
de mi cuerpo.

Yo fakir
ante tu daga.

Vos trapecista
que no pierde
nunca
el equilibrio.

Yo contorsionista
en búsqueda
de orgasmo.

Los dos danzando
bailes extranjeros,
primero
disfrazados,
después
sin máscaras.

Saltimbanquis,
vos y yo,
payasos,
sin público
que aplaudiera
la función.

No cortes el teléfono.
En esta tarde
tu voz
es el sexo
andando por mis labios.

Entre mis muslos
susurrándote
amor
mientras
todavía preguntás
por qué te espero.

No voy a la locura.
Ya estoy demente
pidiendo
que me hagas sentir
en carne viva.

Quiero
que me toques
esta noche
mañana
los días que nos quedan.

El corazón
como ahora
en taquicardia
sintiendo
la humedad
de la raíz
anclando en tierra.

Aún a la distancia
todo
sos
vos
en el deseo.

Soy una cascada
derramándose
en las sombras.

Cuando al revisarme
la doctora
preguntó
si esas marcas oscuras
en los pechos
eran golpes
o ganancias del amor
la respuesta fue obvia.

(Tampoco lograba
imaginarme
rebotando
con los pezones
de punta
sobre una pared
o cayendo sobre el piso).

Y cuando ella
continuó
“Pero qué apasionado”
un brillo de satisfacción
me cubrió el rostro
como si toda tu ternura
me forjara de nuevo.

Es probable
que a pesar
de su larga experiencia
la doctora
nunca haya encontrado
una mujer
tan orgullosa
de estar enamorada.

O eso quise creer
cuando sonrió
y yo quedé pensando
en la canción
de nuestros cuerpos
al unísono.

Sos mi suspiro.
Junto a mi almohada
te digo por las noches
en forma repetida.
Una, dos, mil veces.

Y en el repique
sueño despierta
lenguas desatadas
unidas en nudo húmedo.

Sucede que hace días
que quiero decirte
cara a cara
la angustia
que me da si no te tengo.

Pero el destino
juega cartas marcadas
nos desencuentra
como si lo divirtiera
ver mi desazón
y tu fastidio.

Espero con la llave
en la mano
el día que se pueda:
tengo la correcta
combinación
del escondite.

Yo no miento.
Todo lo que anda
por mi mente
y en la fatiga
de mi corazón inquieto
aquí lo escribo.

Hay quien
puede leer
estos versos
con la incredulidad
con que se juzgan
ciertas noticias
en el diario.

¿Pero se puede
sostener
una mirada
por tanto tiempo
como una ficción
producto
de las charlas?
Imposible.

Cuando digo
que atravesaste
el cielo
que me cubre
como un rayo
que no se da cuenta
de lo que hace
nada oculto.

Y como un árbol
solitario
a lo largo
de la tierra
bebo el fuego.
Y ardo.

El tiempo no se pierde.
Elijo esta actitud
que a otras puede
hacer sentir
culpable.
No es mi caso.
Nunca.

Y sé que el futuro
se me viene
pero elijo yo
¿quién otra?
temblar etérea
ante el torbellino
que se irradia.

Los días
son una barca
en un río misterioso
desde que te conozco.
Ese minuto verde
en que se encontraron
nuestros ojos
es la huella
de la pasión
descubierta.

Quizás merezca
otras cosas
que no quiero
pero así es...
Me doy como soy.
En un suspiro.
Entera.

No vendo
unos ojos verdes.
Los quiero
para mí
mirándome
en las sombras.

Luz
fulgor
que todo
resplandece.

(Tus pupilas son,
ya ves,
el libro
más erótico).

Acostumbrada
como estaba
al tronco
y raíz
de un mismo árbol
no imaginé
lo que me deparaba
el bosque.

Trepé a otra copa:
sus hojas verdes
me besaron.
Me sorprendí
sorbiendo
sus nutrientes.
Volé
de rama en rama.

Y ahora
como el sol
daría mi calor
por abrazarlo
al comenzar
los días
que se vienen.

Se puede ver el debate completo en Balcón de poesía


Soneto dedicado a ntra. sra. Crisálida de Poronga

(Cor Di Laire)


He seguido con atención difusa
sus cuitas y sus goces concluyentes,
los estragos de su ano diligente,
sus lágrimas de blanca papirusa.

Si bien jamás critico aquella excusa
de arrebujarse como pan caliente,
se la ve pegajosa y, ciertamente,
gorda en histeria y magra como musa.

Guarde el cielo al marido (don Poronga:
¿no la lleva a pasear, sólo culea?)
la amplitud del amor, la melopea

de ignorar que cuanto más la ponga
un cachivache de obra lo retrata.
(¡Es temible el hastío de esta ñata!)

Cor

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simulacro de soneto en respuesta al Señor Corazón

(Crisálida)

Aburrido está Cor en plena noche
Huyendo con dolor de lo inasible
La fragancia de un cuerpo irrepetible
Que se quede a su lado sin reproches.

Es por eso que triste en su latido
Tiene palabras de disgusto para mí
Una mujer que ama y es feliz
Con el hombre que le puso su camino.

Envidia tienen a la pobre Crisálida
Que es mujer aguerrida que no espanta
Los versos más pequeños que su sueño

Que aunque suene pegagosa o desabrida
El amado al que yo llamo mi dueño
Tiene más virtudes que me encantan.

-------
YO TAMBIÉN SONETEO

(Broderick Crawford)

(alejandrino 1era estrofa)

Sin ser un alcahuete estilo Medallero,
ni un mucilaginoso y al acecho: Vaimaca,
yo pongo en ña Crisálida un voto de confianza
y al fulano del Aire que me chupe los ...cueros.

(sigue...)

Viejo Brode

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segundo simulacro de soneto

(Crisálida)

Abrí mi corazón, y enamorada,
Escribí versos, pasión, en primavera,
Y en el aire que todo lo renueva,
Siento su voz, arder desde mi espalda.

Y me saca a pasear, y en el verano,
Escondidos de todo lo que apena,
Mirándonos de frente y mano a mano,
Caminamos desnudos por la arena.

Ahora don Brode me vota con confianza.
Me impresiona tanta algarabía
Por el asombro intacto de mi amado.

Entre tanto poeta renombrado
Mis versos son osados todavía.
Me río de estas nuevas alabanzas.

-------

Tiempo de afectos

(Juan de los Palotes)

No te quiero mansa
no te quiero buena
no te quiero tierna.
Ahora que es la hora
de morir gimiendo:
yo te quiero hembra!

Ahora que la noche
nos esconde en fardos
de estiércol
que vuelven a la tierra
para abonar vendimias:
yo te quiero perra!

juande

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SONETO INTIMISTA Y QUEJOSO SOBRE LA FAMILIA PORONGA

(Cor Di Laire)

Los viernes son los días de Poronga.
Cuando vuelve cansado a su terruño
ahí lo espera la idólatra, la “Doña”,
perfumadas las ingles hasta el culo.

-“Qué hashé, Crisha, prinshesha de la casha,
toda briyante igual que tu peshé.”
-Venga mi opita rápido a la cama
hoy repasamos la regla del tres.

Y esta especie de Chona algo leída
se transforma en jinete candombero
por las arenas de Madagascar.

Después vendrán sus tiernos poemitas.
(¡Y empomada hasta el alma por su “dueño”
el foro la festeja una vez más!)

Cor


---------
tercer simulacro de soneto respondiendo al señor Corazón

(Crisálida)

Es verdad lo que dice el Cor DiLaire
Parece que es mirón y se entretiene
Observando cómo marchan y se vienen
Los abrazos y los besos del menage.

Parece que solito en su casita
Se imagina las diversas posiciones
Que marido y mujer sin obsesiones
Se prodigan con amor y sin falsía.

Ya lo ve, don Cor, si se le mueve
El pilín por las noches y lloroso
No sabe qué hacer con tanta leche

Recomiendo : no se haga más el bocho
Haga frente al problema, no se estreche.
En el diario: rubro cincuenta y nueve.

-------
SONETO DEL MIRÓN A LA CHIRUSA

(Cor Di Laire)

Se calentó la Chona, no hay problema,
uno es hombre de barrio y consecuente
con el amor que traza dignamente
el camino del goce y de la pena.

Pero digan, qué hacer con las chirusas
patoteritas de vulgar calaña,
que vienen y te enrostran esas mañas
como si se probaran una blusa.

Ahí hay patología, no lo duden,
llámenla esterotipia, desenfado,
simulacro tal vez, pero del burdo.

Respecto del pilín, que Dios la ayude
si su pinet le fuera revelado.
Evite, por favor, tanto balurdo.

Cor

--------
cuarto simulacro de soneto para el mirón señor Corazón

(Crisálida)


Patotera me dijo el Cor DeLaire
Como si esa palabra me agrediera
Pero no hay insulto que confiera
Soplo que sacuda este velamen.

Me da risa el ardor con que explicita
Sus pruritos de hombre arrabalero.
Sin cabeza que usar bajo el sombrero
Toda ignorancia el vulgar escriba.

Como Chona que soy me dijo el Hetor
Que no pierda más tiempo en las esquinas
Discutiendo de chismes en el barrio.

Que aproveche mi tiempo, mi aspecto
De mujer hermosa y sibarita.
Tengo empuje y pasión en mis ovarios.

Es el semen
el que corre el maquillaje.

No las lágrimas.

Y no cierro los ojos
porque quiero verte.

Siempre.

Me gusta amar
a un hombre
que se entrega
que no huye
a lo que dicta el corazón
ni se excusa
en hipotéticos reproches.

Unida a vos
hacer un infinito viaje
por las rutas de la vida.

Uso la lengua
cuando la paso por tu boca
cuando chupo tus nalgas
cuando libo tus tetillas
cuando degusto tus orejas
cuando saboreo tus piernas
cuando lamo tus dedos
cuando sorbo tu miembro
cuando trago las gotas de tu esencia
cuando sin respirar
te digo te amo.

Menos mal
que existe
la heladera.

Otra vez
quedé
con la manteca
preparada.

Recostada en la arena del reloj
cuento los minutos y segundos
que nos faltan

Me recuesto en esos granos
como voy a hacerlo
cuando me encuentre
con tu cuerpo

brazo contra brazo
pierna contra pierna
boca contra boca
sexo contra sexo

yo no sé qué pensás
pero para mí
una semana
es mucho tiempo.

(2004)

Cuando subieron las monjas
al colectivo
yo
pensando en vos
me senti impura.

Después el sol
me acarició las mejillas
y me creí perdonada.

Ya nada me importa.

(2004)

Soy afortunada.
En cada vuelta con vos
me saco la sortija
y sigo andando.

Nunca nadie
me hizo marear tanto
entre sexos y nalgas
y pezones y besos.

Me hincás los dientes
como el caballo
del carrusel
y como tiene
movimiento balancín
salgo volando
acabo
te acabo
y recomienzo.

Amo al hombre de mi vida.
Lo amo
de un modo irracional
inentendible.

Por él, soy
como la Piaf,
capaz
de teñirme de rubia,
entre otras cosas
arduas
e imposibles.

Aunque él es
una rígida piedra
difícil de quebrar
siento latir su corazón
cuando me toca
con la tibieza
de sus dedos de arena.

En la reunión
hablábamos y hablábamos
y como era previsible
terminamos en los hombres
y sus medidas.

Entonces una de las chicas
se acordó del porno star
John Holmes
famoso
por el exceso de atributo.
¡Tuvo sexo
con 10 000 mujeres!

Las otras chicas se reían:
ese tamaño es imposible.
Yo me callé.
No era cuestión
de alardear
lo que tenía en casa.

Mirá si todavía
se interesan
y me piden tu teléfono.
Lo admito:
en cuestiones del amor
soy egoísta.

Cuando no estás conmigo
hago el amor
con la sombra.
En esa oscuridad
siento tus labios
los ojos siempre esmeraldas
y las manos fundidas
en caricias
con mi cabello.

Es tan intenso el momento
de tanta entrega
que paso la noche
envuelta
en un calor recurrente.

Luego
me viene el temor
de que parado frente
a mí
no pueda ya
discernir tu cuerpo
las verdades de tu voz
las preguntas que comés
al morderte las uñas.

Tengo terror
de que al cabo del tiempo
me haga
mucho más feliz
una sombra.

Estábamos dormidos
y de pronto
los gritos
de la chica
de la habitación
de arriba
se transformaron
en el eco de los míos.
La cama rebotaba
entonces
me pregunté
si nosotros también
habíamos hecho
tanto escándalo.

Cuando siento
la rigidez de tu miembro
entre mis nalgas
vuelvo a ser
el animal que soy
(que somos)
intercambiando
los fluidos.

De allí el aullido
como una inevitable
consecuencia:
las voces
del amor salvaje
entre cuatro paredes.

Yo aún
envuelta en el deseo
besé las sábanas
tratando de aprehender
el aroma que dejaste
el perfume de tu piel
y tu cansancio.

Tuve que empezar
de nuevo
ahora ya sin vos.

Hicimos el amor
con labios
de mar y arena.

En las promesas
sin alcohol
teneme cuidado.

Porque es
en plena luz.
que digo
las verdades
más simples
como digo
azul
sonrisa
mar
y herida.

Cuando afirmo
que amo
la hoja fugitiva
que lleva tu rostro
tengo
los pies
sobre
la tierra.

Hoy me siento
un barrilete
en pleno cielo
y todo por la fuerza
de tu soplo

(no habrá hilo
que pueda
sujetarme
a tierra)

Abrí
la cajita de sueños
y te me escapaste.
¿Cómo haré
para hacerte
regresar?

Verte dormir
tan relajado
y estas ganas locas
de llenarte de besos
o de escribirte un poema
como un tatuaje.

Mientras espero
sueño
con tu secreto
más íntimo
que hoy
( me lo propuse)
habré de revelar.

Cuando despiertes
los cuerpos serán
solamente
dos luciérnagas
iluminando la noche.

Hoy es lunes querido
y como siempre
tengo ganas
de que entre
en convulsión
el clítoris.

Aquí me ves,
alerta.
Frotame
con la seda
del prepucio.
Haceme tuya
una vez más.

Que ahora
recostada
entre las sábanas
no tengo
otro destino
que este vuelo
de lujuria.

A esto
vine al mundo:
a gozar
con la lanza dura
de tu cuerpo.

Como una perra
camino por la cama.

No puedo verte
mas sé lo que sentís.
La vibración
es como despertar:
nos queda la mañana.

El presente
es esta sensación
de balancear los cuerpos
al unísono.

Y me decís
que grito un poco
es verdad
pero , así,
en cuatro patas
no me importa
que mis ladridos
se escuchen
en lo alto
y si después
te muerdo
perdoná...
son los gajes del oficio.

( al hombre de mi vida)


Hermoso
tu cuerpo desnudo
sobre la cama.

Yo te miraba y pensaba:
¿Cómo hacer
duradero
este instante?
¿Cómo eternizarlo?

Entonces mojé los labios
en tu esencia
cerré los ojos
y perfumé mis pechos.

Ahora sé
que el madrugón
valió la pena
( yo no lo dudaba).

Me llevo tu olor
atado
a mi piel
por siempre.

Cuando estuve enferma
envuelta por la fiebre,
sólo sudor y gritos
salían de mi cuerpo.

Luego llegaste vos,
de blanco delantal,
sacaste una jeringa
y me inyectaste.

No fue inmediato
pero se fueron
el ardor y los delirios;
quedó la paz entre placeres.

Ahora mi sueño
es enfermarme más seguido
y tenerte de doctor:
el único
que logra
curarme de mis males.

Es probable
que haya sido
simplemente
un sueño.

¿Pero no eras vos
el que el sábado
a la noche
me mordía
los pezones?

Al despertar
sin embargo
no estaba tu boca
pero tenía
este eterno poema
que nada reemplaza.

De tanto amor
apenas
palabras.

En todos los nombres
está el tuyo:
pequeño
como este niño
que imagino
ahora en mis brazos.

De pronto
todo es cielo
en mi garganta
cuando beso tu sombra.
¡Cómo me abro a vos!
¡Cómo te soy ofrenda
hasta el final del tiempo!

(lograste que volviera a empezar)

Tenés razón.
Cada uno es cada uno.
Yo soy
la que estira sus manos
a través del espejo
para alcanzarte,
la que se pega
a la almohada
y susurra a tu oído
las palabras más sucias.
Soy la que te ata a la cama
y te monta
como inexperto jinete.
La que te grita que sigás
que me gusta
que nunca es demasiado.

Vos sos el ángel
que encontré una tarde
buscando a mis espaldas
( como todo lo bueno
llegaste de repente).
Sos el que se deja abrasar
por mis cálidos pechos
sin mediar expresiones.
Sos el que sueño
el que pienso en el día
el que toco
entre lágrimas
en la ausencia de la noche.

Sos este todo...
del que yo
soy
una ínfima
parte.

Es probable que estos
sean
los últimos versos
que te escriba en público.
No me dan más
ganas de que todos
se enteren
lo bien que lo pasamos
y mucho menos
de este silencio
que nace de tu boca.

Pero a decir verdad
poco me importa
lo que piensen los demás
(Nunca me importa).
Sé que me querés
a tu manera
y yo te quiero a la mía
y es un pecado
(si los pecados existen)
estar tan lejos.
Eso sí me preocupa.

¿Cómo hacer para que veas
mi dolor
este llanto que tengo
que tragarme
por cuestiones de trabajo?
¿vas a privarme
del color de tus ojos
pintándome los pechos?
¿vas a dejarte vencer
por naderías?
¿justo vos?
¿vas a despreciar
a esta tonta enamorada?

No te sorprendas.

Nunca
voy
a amar
igual.

Vos lo sabés.

Ahora
así
humedecida
por las lágrimas
quisiera
ya no ser.

Ay amado
cada vez que entrás
a casa así
hecho una tromba
se me llena el cuerpo
de cosquillas.
todo el vello de las piernas
se estremece
el corazón alerta
se detiene
y sólo atino
a levantar mis manos
(a una le enseñaron
de pequeña
que no debe
resistirse
a los asaltos)

Y te venís buscándome
secretos
que vos únicamente conocés
debajo de mis ropas
(estoy desnuda,
constantemente lista
¿no es lo que siempre
me pediste?)

Ahora que te fuiste
a trabajar
recuerdo tus pellizcos
las mordeduras
en los pechos
los besos afiebrados
que te doy
y esos gritos
que despiertan
a todos los vecinos.
( que se despierten
por mi bien,
¿acaso importa?)
Estoy enferma de vos
y deseo de verdad
que no haya cura.

Amado
para escalar una montaña
no alcanza con el coraje
se necesita experiencia.
Hay que mantenerse
en buen estado
y estudiar el objetivo.
No es conveniente
hacer la tarea solo;
en compañía es mejor.
Hay que estar bien descansado
no beber alcohol
y nunca dejar
de obedecer al guía.
Pero por sobre todo
si se fracasa
en el primer intento
jamás darse por vencido.

Amado
esta montaña tiene
desniveles pronunciados.
Desde las cornisas
puede verse el abismo;
suda nieve
y para aferrarte
necesitás una estaca firme.
Con el bastón podés ir
calculando la marcha
y estudiar los recovecos
del paisaje.
¿Aún con lo que dije
estás dispuesto
a trepar
hasta la cumbre?

( A la montaña
le gusta ser vencida
y corona tanto esfuerzo
con un grito
que tapiza todos
los rincones.
En el clímax
te aseguro
no hace frío)