jueves, septiembre 22, 2005

cada uno es cada uno

(lograste que volviera a empezar)

Tenés razón.
Cada uno es cada uno.
Yo soy
la que estira sus manos
a través del espejo
para alcanzarte,
la que se pega
a la almohada
y susurra a tu oído
las palabras más sucias.
Soy la que te ata a la cama
y te monta
como inexperto jinete.
La que te grita que sigás
que me gusta
que nunca es demasiado.

Vos sos el ángel
que encontré una tarde
buscando a mis espaldas
( como todo lo bueno
llegaste de repente).
Sos el que se deja abrasar
por mis cálidos pechos
sin mediar expresiones.
Sos el que sueño
el que pienso en el día
el que toco
entre lágrimas
en la ausencia de la noche.

Sos este todo...
del que yo
soy
una ínfima
parte.

jueves, septiembre 15, 2005

últimos versos

Es probable que estos
sean
los últimos versos
que te escriba en público.
No me dan más
ganas de que todos
se enteren
lo bien que lo pasamos
y mucho menos
de este silencio
que nace de tu boca.

Pero a decir verdad
poco me importa
lo que piensen los demás
(Nunca me importa).
Sé que me querés
a tu manera
y yo te quiero a la mía
y es un pecado
(si los pecados existen)
estar tan lejos.
Eso sí me preocupa.

¿Cómo hacer para que veas
mi dolor
este llanto que tengo
que tragarme
por cuestiones de trabajo?
¿vas a privarme
del color de tus ojos
pintándome los pechos?
¿vas a dejarte vencer
por naderías?
¿justo vos?
¿vas a despreciar
a esta tonta enamorada?

miércoles, septiembre 14, 2005

redundancia

No te sorprendas.

Nunca
voy
a amar
igual.

Vos lo sabés.

Ahora
así
humedecida
por las lágrimas
quisiera
ya no ser.

viernes, septiembre 09, 2005

siempre lista

Ay amado
cada vez que entrás
a casa así
hecho una tromba
se me llena el cuerpo
de cosquillas.
todo el vello de las piernas
se estremece
el corazón alerta
se detiene
y sólo atino
a levantar mis manos
(a una le enseñaron
de pequeña
que no debe
resistirse
a los asaltos)

Y te venís buscándome
secretos
que vos únicamente conocés
debajo de mis ropas
(estoy desnuda,
constantemente lista
¿no es lo que siempre
me pediste?)

Ahora que te fuiste
a trabajar
recuerdo tus pellizcos
las mordeduras
en los pechos
los besos afiebrados
que te doy
y esos gritos
que despiertan
a todos los vecinos.
( que se despierten
por mi bien,
¿acaso importa?)
Estoy enferma de vos
y deseo de verdad
que no haya cura.

viernes, septiembre 02, 2005

andinismo

Amado
para escalar una montaña
no alcanza con el coraje
se necesita experiencia.
Hay que mantenerse
en buen estado
y estudiar el objetivo.
No es conveniente
hacer la tarea solo;
en compañía es mejor.
Hay que estar bien descansado
no beber alcohol
y nunca dejar
de obedecer al guía.
Pero por sobre todo
si se fracasa
en el primer intento
jamás darse por vencido.

Amado
esta montaña tiene
desniveles pronunciados.
Desde las cornisas
puede verse el abismo;
suda nieve
y para aferrarte
necesitás una estaca firme.
Con el bastón podés ir
calculando la marcha
y estudiar los recovecos
del paisaje.
¿Aún con lo que dije
estás dispuesto
a trepar
hasta la cumbre?

( A la montaña
le gusta ser vencida
y corona tanto esfuerzo
con un grito
que tapiza todos
los rincones.
En el clímax
te aseguro
no hace frío)

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