viernes, junio 23, 2006

marcas

Cuando al revisarme
la doctora
preguntó
si esas marcas oscuras
en los pechos
eran golpes
o ganancias del amor
la respuesta fue obvia.

(Tampoco lograba
imaginarme
rebotando
con los pezones
de punta
sobre una pared
o cayendo sobre el piso).

Y cuando ella
continuó
“Pero qué apasionado”
un brillo de satisfacción
me cubrió el rostro
como si toda tu ternura
me forjara de nuevo.

Es probable
que a pesar
de su larga experiencia
la doctora
nunca haya encontrado
una mujer
tan orgullosa
de estar enamorada.

O eso quise creer
cuando sonrió
y yo quedé pensando
en la canción
de nuestros cuerpos
al unísono.

Comments:
Hermoso poema sobre la exposición de las huellas de la pasión ante la mirada del otro, o la otra, que arrobada contempla los "daños" colaterales que orgullosos se muestran al escrutinio de la luz musical y de la memoria fresca.

Un deleite leer esta compleja sencillez poética en la que se cincela el deseo.


Saludos....
 
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